domingo, 26 de julio de 2015

Cambia de vida en un año

No os lo voy a decir al estilo Paulo Coelho, sino al estilo Bardi. 

Os vais a morir, y yo también.

Ya sé que esta verdad irrefutable la conocéis todos, sí, yo también la conocía, lo que no hacía era darme cuenta de lo que implica. Básicamente que más te vale que estés aprovechando bien tu vida porque no hay vuelta atrás. Ojito con las decisiones que tomas, y ojito con no rectificar si no estás contento con el resultado.
¿Estudiaste una carrera que no te gusta o no era lo que tú creías, o simplemente te diste cuenta de que no era lo tuyo? Te fastidias. ¿Tienes un trabajo que te tiene amargado, o que sencillamente no te dice nada, no te motiva o te da exactamente igual? Te fastidias. ¿Te levantas cada día a las 6-7 am apagando el despertador maldiciendo al mundo y sales de casa pensando cuándo demonios llegan ya las vacaciones? Te fastidias otra vez. Amigo, tú te lo has buscado. Eres un pisacharcos, y lo sabes. Eso sí, todo esto no quiere decir que no estés a tiempo de arreglar las cosas.

¿Que no? ¿Que te suena a libro barato de autoayuda? Te voy a poner un ejemplo real, y no uno tipo "Tiffany Smith de Oklahoma cambió su vida radicalmente y ahora es muy feliz! Averigua cómo pinchando en el link!" ... no. Mi caso.

Yo, una chica bien maja de Pamplona de toda la vida. Voy bien en el colegio y a la hora de elegir estudios superiores, me decanto por ir a la Universidad, que es lo que suele hacerse si tienes buenas notas y quieres ser alguien en la vida. Y además, guiada por el objetivo a largo plazo de encontrar trabajo seguro y olvidándome de pensar detenidamente si esa opción me va a hacer feliz, escojo una doble licenciatura en Derecho y A.D.E., que dicen que tiene muchas "salidas" ( Ah, sí? A dónde? Pues no sé, pero muchas) Y bueno, como sé que los idiomas son un filón hoy en día, estudio inglés, francés y alemán para asegurarme un puestazo en alguna multinacional (Ah sí? Y qué puestazo quieres? Pues no sé, cualquiera).

Y a lo largo de la carrera sufro varias crisis: "Ay, no sé yo si quiero hacer esto... No sé si me está gustando mucho... Pero claro, ya la he empezado, cambiar ahora... Puff qué pereza... Qué me va a decir la gente... Y además, cambiarla por qué otra opción? Eso implica pensar en qué quiero hacer realmente con mi vida dejando de lado cualquier tipo de condiciones o dogmas externos, y eso supone pensar mucho, y da miedo... No, más cómodo seguir como estoy, que fijo que se me pasa enseguida y me acaba gustando..." Pero las crisis van a peor conforme van pasando los años obviamente, con el mítico "Para lo queda ya..." Y lloro y pataleo y grito y me desespero. Y llego a sexto, y termino.

¿Y qué hago ahora?
¿Pensar en lo que me gustaría hacer realmente? ¡No, Dioses! ¿Estamos locos o qué? Ahora toca trabajar. Y viendo cumplidas mis expectativas, llueven ofertas, y tras tantear entre un despacho de abogados, una consultoría o un banco, me quedo finalmente con el banco, que por lo menos tiene mejor horario. Trabajo de 8 a 15, sueldo fijo a fin de mes y vida correcta. Así a lo largo de dos años durante los cuáles casi me había olvidado de aquellas crisis, se habían escondido detrás de la comodidad y la estabilidad que conlleva el trabajo. Y luego ocurre lo inexorable, termina el contrato y no me renuevan porque sale más barato contratar a una nueva remesa de recién licenciados. Y ahora sí, de patitas en la calle, la sensación de qué diablos estoy haciendo con mi vida vuelve a palpitar de forma violenta en mi pecho de desempleada, y decido hacer lo que la mitad de los españoles que se encuentran en las mismas circunstancias que yo. Me piro al extranjero. ¿Alemania? ¿Inglaterra? ¿Francia? Pues va a ser que no. Me voy a Miami, que pobre de mi, me acabo de dar cuenta de que he dejado pasar dos años sin pena y sin gloria en la gris Pamplona y quiero redimirme con un poco de sol, playa y desenfreno. Y allí, en esa gran urbe, no hago otra cosa más que entregarme a la buena vida de pasear por la playa, tumbarme al sol, comer, beber, ir de fiesta y pensar en mis cosas (poquito, pero lo hago). Lo justo para llegar a la conclusión de que tengo que seguir mis instintos, retomar mis hobbies, quizás montar algo por cuenta propia... ¡Hacer con mi vida lo que yo quiera, que para eso es mía!
Y como estas cosas siempre vienen así, nada más llegar a España, ofertón de curro en una multinacional. Ea. ¿Qué hago? Acepto por supuesto, algo así no se puede rechazar (Ah no? Pero no te habías dado cuenta de que no era esa vida la que querías? Naaa, pero fijo que con este puesto de trabajo cambia la cosa, no puedo decir que no además, con la que está cayendo...)
¿Y qué ocurrió? Pues que acabé hasta los santos cuyons del trabajo, por mucho viajecito a India, China y al pueblo de la vecina. Cada vez que me mandaban de viaje ansiaba quedarme allí donde fuera y no volver. Veía a mis jefes y me deprimía al pensar que eso era a lo que podía aspirar. Y por fin llegaron las esperadísimas vacaciones. Todo el mes de julio entero para desconectar... Y tanto que desconecté.
Me fui unos días a la playa (me gusta viajar sola) y le di vueltas y vueltas a la cabeza. Pensé: "María, llegados a este punto, ¿qué? ¿Qué harías con tu vida sin pensar en lo que digan los demás y que puedes volver a empezar de cero? Y en ese momento, en ese mismo momento en que me di el permiso y dije ¡a tomar por culo! y me lo planteé en serio, me vino solo, alto y claro. Quiero estudiar interpretación y cine. Jajajajajajajajaja, ¿Algo menos utópico por favor? ¿Y domadora de leones no? ¿O igual te apetece irte a un barco en medio del océano a extraer petróleo eh María maja?
Pues va y me pongo a buscar escuelas, y una cosa llevó a la otra, y dejé el trabajo y mi piso de Pamplona con la consecuente ola de ojipláticos tras de mí, y me fui a Madrid. ¿Y sabéis qué? Que no se acaba el mundo, y que resulta que a nada que pongas esfuerzo y ganas, las cosas salen adelante, y encuentras un trabajillo para subsistir y un pisito, y haces la mudanza, y conoces gente, y disfrutas aprendiendo lo que de verdad quieres, y empiezan a salirte cosillas... Y sin darte cuenta pasan los meses y te encuentras con una nueva vida que sí te gusta. ¡Resulta que sí se puede! ¡Que no es locura oigan! ¡Que todo es cuestión de ponerse!

Y justo un año después de tomar esa decisión, LA DECISIÓN, aquí estoy en Londres, nerviosa perdida porque mañana empiezo el curso de verano en el que he sido admitida en la fucking cuarta mejor escuela de interpretación del mundo. Y no termino de creérmelo. Quién me lo iba a decir hace un año...

6 comentarios:

  1. Wow! Congrats, María. Me alegro un montonazo. ;)

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  2. Wow! Congrats, María. Me alegro un montonazo. ;)

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  3. Recuerdo el día que me contaste esto mismo, utilizaste las mismas expresiones, será que nos lo has contado a muchos ojiplaticos como yo. No te felicito por tu vida pero si por dar una lección a ciertos.....

    Firmo por ser educado, no se si llamarme pazguato a mi mismo puesto que dudo que hayas tenido el valor de mentarme en la entrada anterior. Atentamente Vik.... dejemoslo.

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  4. Puedes añadir una ojiplática más a tu lista... He llegado aquí por casualidad, pero soy de Pamplona y dejo una multinacional este mes para irme a Madrid, ¿adivinas a qué? jeje. Mucha suerte en todo!

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    Respuestas
    1. Igualmente!!! Ahora me marcho a Londres a seguir con lo mismo... No puedo estar más satisfecha con el cambio de vida que di! Que vivan las valientes! Mucha mierda ;-)

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