He pensado que me gustaría poner
banda sonora a alguna de las entradas del blog y voy a empezar con esta. Tampoco quiero
abusar, porque es cierto que muchas veces la música puede ser una distracción
en la lectura, sin embargo me apetece que leáis este post con esta canción de fondo en concreto. Así
que los que queráis y podáis pinchad aquí.
Y los que no seguid leyendo.
Llevaba un par de semanas yendo a
clases más o menos cuando me apunté a un casting para un videoclip de un
artista español. Por aquellos días estaba viviendo un el piso de la Calle
Mayor (que venía siendo como habitar en
las Minas de Moria, pero en más triste y decadente) y pasaba bastante tiempo
frente al ordenador trasteando, buscando castings, otros trabajos…
Me contactaron enseguida
diciéndome que querían contar conmigo para participar en el vídeo - ¡Fenómeno!-
Un videoclip de larga duración, prácticamente un cortometraje – ¡Magnífico!-
Que tendrá repercusión en España y Latinoamérica -¡Sensacional!- Con millones
de visitas en Youtube y cientos de miles de seguidores en las redes sociales
-¡Portentoso!- Aval de muchos años de trabajo en la Industria y colaboraciones
con otros artistas -¡Estupendo!- Y tu papel será el de prostituta –Fuck-.
¡Adiós ilusión! ¡Bienvenidos
prejuicios! Lo cierto es que no pude evitar pensar decir que no. ¡Rayos! Cómo
me cuesta hacerme a la idea de que ahora soy actriz, y de que las actrices
INTERPRETAN a un personaje y NO SON un personaje. ¿Y qué si debo interpretar a
una hermosa mesalina? ¡Mejor! Todo es experiencia. La historia del cine está
llena de legendarias actrices que han interpretado papeles de mantenidas:
Audrey Hepburn, Elisabeth Taylor, Sofia Loren, Jane Fonda…y ¡Patricia Arquette!
¡Alabama, putilla de club donde las haya!
Así que por suerte reaccioné a
tiempo y acepté el papel dichosamente. ¡Mamá, Aita, voy a hacer de puti en un
videoclip musical! Se lo conté por teléfono y no pude ver su reacción, pero
estoy segura de que su cara fue de profunda alegría.
Me enviaron el guión y mi cuerpo temblaba
por la algazara que sentía mi jocundo corazón. ¡Era ni más ni menos que la
Prostituta nº4! Lo sé, lo sé, la estupefacción os embriaga. Pero ¿sabéis qué?
Lo leí con una sonrisa de oreja a oreja. No dejaba de ser un guión, y mi nombre
aparecía en el reparto.
Así que nada, más feliz que una
perdiz acudí escrupulosamente puntual a la cita de la productora. El punto de
encuentro era un “Club” en San Sebastián de los Reyes.
Cuando llegamos nos solicitaron
que conversásemos en tono bajo mientras nos fuésemos adentrando en el local
para no molestar a las chicas, que dormían durante el día. Desconozco si alguna
vez habéis estado en un Club de alterne, para mí era la primera vez. Se trata
de un local conformado por un bar bastante considerable, con diversas barras,
sofás, escenarios…y unos pasillos conexos que se ramifican en habitaciones con
parpadeantes luces rojas en las que se llevan a cabo polifacéticas actividades
tales como partidas de ajedrez, intensos debates políticos, lectura de clásicos
en latín (y griego), etc… Pero también existe una zona privada para las chicas
del Club, con sus propias habitaciones, sus salas de asueto y esparcimiento, sus
máquinas de vending, su comedor con su cocinera con redecilla en el pelo… Muy
curioso todo.
Articularon todo el decorado y
utilería en un santiamén en una sala muy apropiada para la ocasión y nos
ofrecieron múltiples alternativas de vestuario. ¡Hasta teníamos una maquilladora
profesional! También se había encargado la productora (Magnos) de llevar
viandas suficientes para nutrirnos a todos. Muy atentos.
Destaco momento bizarro donde los
haya en el que estamos algunas de las actrices ataviándonos con las
indumentarias de fulanillas, comentándonos unas a otras “súbete un poco más la
falda”, “márcate más el escote”, “ponte más bisutería barata”, “no sé, no te
veo yo muy puta….” cuando emergen por las escaleras 3 chicas del Club que
habían escuchado nuestro coloquio y se nos quedan mirando durante los 5
segundos más largos de mi vida. No encuentro palabras que puedan expresar el ademán de sus desconcertados rostros.
La grabación duró 4 días distribuidos
en dos fines de semana en los que el buen rollo, el alborozo, las
carcajadas, y una miscelánea de sensaciones
positivas se fueron sucediendo una detrás de otra.
El vídeo se estrenó el jueves
pasado, lo podéis ver más abajo. Experiencias que alimentan el currículum,
situaciones nuevas de las que siempre se aprenden cosas. Ni el rap español es
mi música favorita, ni un personaje secundario de meretriz mi papel soñado, y
sin embargo no puedo estar más contenta. El vídeo quedó fenomenal y he conocido
a un puñado de gente estupenda y muy trabajadora. ¡No se puede pedir más
señores!
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