lunes, 8 de diciembre de 2014

Mi papel como Prostituta


He pensado que me gustaría poner banda sonora a alguna de las entradas del blog  y voy a empezar con esta. Tampoco quiero abusar, porque es cierto que muchas veces la música puede ser una distracción en la lectura, sin embargo me apetece que leáis este post  con esta canción de fondo en concreto. Así que los que queráis y podáis pinchad aquí. Y los que no seguid leyendo.

Llevaba un par de semanas yendo a clases más o menos cuando me apunté a un casting para un videoclip de un artista español. Por aquellos días estaba viviendo un el piso de la Calle Mayor  (que venía siendo como habitar en las Minas de Moria, pero en más triste y decadente) y pasaba bastante tiempo frente al ordenador trasteando, buscando castings, otros trabajos…

Me contactaron enseguida diciéndome que querían contar conmigo para participar en el vídeo - ¡Fenómeno!- Un videoclip de larga duración, prácticamente un cortometraje – ¡Magnífico!- Que tendrá repercusión en España y Latinoamérica -¡Sensacional!- Con millones de visitas en Youtube y cientos de miles de seguidores en las redes sociales -¡Portentoso!- Aval de muchos años de trabajo en la Industria y colaboraciones con otros artistas -¡Estupendo!- Y tu papel será el de prostituta –Fuck-.

¡Adiós ilusión! ¡Bienvenidos prejuicios! Lo cierto es que no pude evitar pensar decir que no. ¡Rayos! Cómo me cuesta hacerme a la idea de que ahora soy actriz, y de que las actrices INTERPRETAN a un personaje y NO SON un personaje. ¿Y qué si debo interpretar a una hermosa mesalina? ¡Mejor! Todo es experiencia. La historia del cine está llena de legendarias actrices que han interpretado papeles de mantenidas: Audrey Hepburn, Elisabeth Taylor, Sofia Loren, Jane Fonda…y ¡Patricia Arquette! ¡Alabama, putilla de club donde las haya!

Así que por suerte reaccioné a tiempo y acepté el papel dichosamente. ¡Mamá, Aita, voy a hacer de puti en un videoclip musical! Se lo conté por teléfono y no pude ver su reacción, pero estoy segura de que su cara fue de profunda alegría.

Me enviaron el guión y mi cuerpo temblaba por la algazara que sentía mi jocundo corazón. ¡Era ni más ni menos que la Prostituta nº4! Lo sé, lo sé, la estupefacción os embriaga. Pero ¿sabéis qué? Lo leí con una sonrisa de oreja a oreja. No dejaba de ser un guión, y mi nombre aparecía en el reparto.
Así que nada, más feliz que una perdiz acudí escrupulosamente puntual a la cita de la productora. El punto de encuentro era un “Club” en San Sebastián de los Reyes. 
Cuando llegamos nos solicitaron que conversásemos en tono bajo mientras nos fuésemos adentrando en el local para no molestar a las chicas, que dormían durante el día. Desconozco si alguna vez habéis estado en un Club de alterne, para mí era la primera vez. Se trata de un local conformado por un bar bastante considerable, con diversas barras, sofás, escenarios…y unos pasillos conexos que se ramifican en habitaciones con parpadeantes luces rojas en las que se llevan a cabo polifacéticas actividades tales como partidas de ajedrez, intensos debates políticos, lectura de clásicos en latín (y griego), etc… Pero también existe una zona privada para las chicas del Club, con sus propias habitaciones, sus salas de asueto y esparcimiento, sus máquinas de vending, su comedor con su cocinera con redecilla en el pelo… Muy curioso todo.

Articularon todo el decorado y utilería en un santiamén en una sala muy apropiada para la ocasión y nos ofrecieron múltiples alternativas de vestuario. ¡Hasta teníamos una maquilladora profesional! También se había encargado la productora (Magnos) de llevar viandas suficientes para nutrirnos a todos. Muy atentos.

Destaco momento bizarro donde los haya en el que estamos algunas de las actrices ataviándonos con las indumentarias de fulanillas, comentándonos unas a otras “súbete un poco más la falda”, “márcate más el escote”, “ponte más bisutería barata”, “no sé, no te veo yo muy puta….” cuando emergen por las escaleras 3 chicas del Club que habían escuchado nuestro coloquio y se nos quedan mirando durante los 5 segundos más largos de mi vida. No encuentro palabras que puedan expresar  el ademán de sus desconcertados rostros.

La grabación duró 4 días distribuidos en dos fines de semana en los que el buen rollo, el alborozo, las carcajadas,  y una miscelánea de sensaciones positivas se fueron sucediendo una detrás de otra.

El vídeo se estrenó el jueves pasado, lo podéis ver más abajo. Experiencias que alimentan el currículum, situaciones nuevas de las que siempre se aprenden cosas. Ni el rap español es mi música favorita, ni un personaje secundario de meretriz mi papel soñado, y sin embargo no puedo estar más contenta. El vídeo quedó fenomenal y he conocido a un puñado de gente estupenda y muy trabajadora. ¡No se puede pedir más señores!



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